Cuando hacía buen Federico

Tanto ruido un día más. Todo es tan aburrido y gris últimamente. En el País Vasco han llegado a las manos en un episodio que recuerda demasiado al del Betis-Sevilla. Me abstengo de comentar qué responsabilidad tienen en este caso los presidentes de los «clubes» políticos, demasiado obvio, y sigo dedicándome a la lectura. Estos días, algo ligerito, aunque no tanto como podría parecer a simple vista. Donna Leon, al igual que Henning Mankell, utiliza sus tramas policíacas para tratar temas de actualidad. De vez en cuando, también incluye párrafos del siguiente estilo:

DONNA LEON, “Un mar de problemas” Paula tenía la costumbre de guardar las revistas durante seis meses por lo menos antes de leerlas; decía que era el tiempo necesario para situar las cosas en perspectiva, dejar que la pop star que hacía furor muriera de sobredosis y cayera en un merecido olvido, que Gina Lollobrigida iniciara y abandonara otra carrera y que se hiciera borrón y cuenta nueva de todos los planes y debates de reforma política.


En la misma línea, hace unas semanas apunté una frase de un documental de la 2:

«Se nos obliga a ser continuos productores de olvido para vivir el presentismo».

El presentismo, la anécdota y la falta de visión global. Lo que hoy nos escandaliza y acapara titulares, mañana no llega ni a la categoría de «historieta». Hoy el protagonista es, una vez más, Federico Jiménez Losantos. La estupidez generalizada lo ha convertido en un referente para quienes se despiertan del todo con su dosis diaria de mala leche y galletas verbales, bien sea para repetir como loros sus teorías sin detenerse a reflexionar sobre ellas, bien sea para criticarlas sin detenerse a reflexionar sobre ellas. Por sistema. Por pereza. El caso es que en la actualidad con solo decir «Federico» todos sabemos de quién se trata. ¡Qué pena! Qué pena sobre todo al recordar lo que solía decir Jorge Guillén sobre Federico García Lorca y lo que inspiraba el poeta andaluz a quienes recibían su visita:

«Cuando está Federico no hace ni frío ni calor, hace Federico».

«Hace Federico». Una pena que ese nombre ya no sea sinónimo de inteligencia, de talento y de ingenio. Una pena tan grande como la que se siente al pensar en qué han quedado los ideales de los integrantes de «La Barraca». Hace unos meses leía un artículo de opinión en la edición andaluza de El Mundo en la que su autor -siento no recordar su nombre- lamentaba el deplorable estado en que se encuentra Canal Sur emitiendo programas folclóricos sin cesar y poco más que merezca ser reseñado. El columnista criticaba que al PSOE se le llenara la boca reivindicando la figura del poeta granadino mientras traicionaba su espíritu emitiendo en la televisión pública tanta basura, topicazos y folclore, más o menos facilón dependiendo del día. En todo caso, nada que requiera demasiado esfuerzo cerebral, todo muy en la línea de «Pedro Piqueras». No es extraño que, después, llegados a una edad, haya que ejercitar la mente a toda pastilla a base de playstations para mayores y sudokus varios. Para acabar, y salvando las distancias con los universitarios de La Barraca, una recomendación teatral: «Conservas» presenta el espectáculo «Realidades Avanzadas» en la Facultad de Filosofía de la UB (calle Montalegre, 6. Barcelona) a partir de mañana y hasta el viernes, a las 20.00 h.

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