Entrevista a un jubilado griego

Nueva entrevista de Alba Ruiz, desde Atenas. Next day syntagma

Giorgos Metaxatos se autodefine como un jubilado e “indignado” griego de 55 años que sigue siendo útil para la sociedad. Profundamente disgustado ante los recortes del bienestar social, está convencido de que la deuda acabarán pagándola sus nietos. En este sentido, denuncia la hipocresía de las instituciones europeas y apuesta por declarar la deuda «odiosa», como hizo Correa en Ecuador. ¿Cómo ve el futuro tras la aprobación de las nuevas medidas de austeridad? En Grecia, en los últimos 35 años, la corrupción del sistema político, jurídico y social ha llegado, según análisis europeos, a alcanzar una cota del 98% en el mejor de los casos. Durante estos años, se han “perdido” billones de euros en manos de círculos identificables. Sin embargo, lo curioso es que hasta ahora nadie ha ido a la cárcel, nadie ha pagado por los desfalcos y escándalos económicos. ¿Cómo puede haber futuro entonces? Los dos partidos políticos que se han turnado el poder y el gobierno en este país siguen hoy en día acusándose el uno al otro. Nadie ha renunciado a su cargo, nadie ha pedido perdón, nadie ha rendido cuentas, y con la impunidad reinante, la corrupción sigue aumentando.

¿Cree que las jubilaciones prematuras han agudizado el problema económico en Grecia? En primer lugar, mi jubilación, como la de muchas personas de mi edad, después de casi 30 años de trabajo, fue propiciada por el gobierno. Se hizo de manera legal, de acuerdo a las leyes vigentes. Pero sigo siendo un miembro activo de la sociedad. Yo no he sacado ni un duro al extranjero, sigo pagando mis impuestos y sigo sujeto a las injusticias del Estado: pésimo sistema de salud, prestaciones inexistentes, impuestos injustos, recortes salariales, etc. Creo que en el caso extremo de que los miles de jubilados como yo no recibiéramos ni un duro de pensión, la cantidad ahorrada no llegaría para cubrir ni una mínima parte del dinero que se ha perdido en este país. El problema lo crean y lo mantienen quienes tienen el poder y no gente como yo, que está sujeta a la ley. ¿Cómo se ha visto afectada su vida por los recortes y las medidas de austeridad? La solución fácil del Gobierno para cubrir la deuda es que el pueblo la pague. El recorte de salarios y pensiones ha tenido como consecuencia llevarnos a límites de “supervivencia”. Yo, al igual que muchos otros antes del crisis, he contraído préstamos del banco basándome en mis ingresos legítimos. Hoy en día, mientras me han recortado en un 30 o 40% mis ingresos, el gobierno no ha adoptado las medidas necesarias para proteger a la gente de la política bancaria, que sigue cobrándome la misma cuota que pedía antes. ¿Cómo se garantiza esa “supervivencia”? Los bancos lo hacen, supuestamente, ajustando su política a los tiempos de crisis. Pero lo cierto es que nos toman el pelo y nos invitan a llegar a acuerdos para seguir pagando. Lo único que ofrecen es la prolongación a largo plazo de los préstamos. Con este presunto gesto de altruismo lograrán que mis hijos y mis nietos paguen la deuda que hubiera podido pagar yo solo en 20 años, si no me hubieran recortado mis ingresos. Naturalmente, los bancos ganarán millones de euros en intereses con los ajustes que están dispuestos a hacer. ¿Cuál sería el camino a seguir? La deuda griega no se produjo de un momento a otro. Nuestros amigos europeos sabían desde hace años los que se estaba fraguando, además de ayudar en el proceso. Cuando el FMI nos prestaba dinero a un 3,20% de interés, nuestros hermanos europeos lo hacían con un 5,80%. Increíble generosidad, ¿no le parece? Una opción sería declarar la deuda griega “odiosa”, como hizo Correa en Ecuador. En el peor de los casos, se podría pagar una mínima parte de la deuda. Nuestros acreedores ya han sacado mucho provecho del pueblo griego. Lo que quede de deuda, podríamos pagarlo con un mínimo interés, un 1% por ejemplo. Esa sería una verdadera ayuda. Por otro lado, habría que reajustar los salarios y pensiones de los más desfavorecidos. Así el mercado tendría liquidez para moverse y el Estado cobraría sus impuestos. No como ahora, que el mercado languidece y la economía está agonizando. El dinero habría que pedírselo a aquellos que tienen y que se han enriquecido a costa del Estado, a los que se dieron el festín y “se lo comieron todo”, como suele decir el viceministro de Gobierno.

2 thoughts on “Entrevista a un jubilado griego

  1. Me gusta «Cuando el FMI nos prestaba dinero a un 3,20% de interés, nuestros hermanos europeos lo hacían con un 5,80%. Increíble generosidad, ¿no le parece? Una opción sería declarar la deuda griega “odiosa”, como hizo Correa en Ecuador»
    Esta hipocresía es cada vez más insufrible

  2. El domingo me voy de viaje a Dinamarca. Al paso que va nuestra economía, lo mismo no nos dejan entrar por considerarnos «chusma». Si ya lo decía yo: ¡Vamos a Grecia, que allí seguro que nos tratan de igual a igual!
    Bueno, si alguna quiere que le traiga algún nórdico (sin plumas, claro), que avise con tiempo.
    Enhorabuena por los textos, Alba.

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