Dos amiguetes

Pequeños grandes amigosMe preguntaba Francesc, de El inconformista digital, si había hablado con niños kosovares. Lo cierto es que muy poco. Apenas si pudimos cruzar algunas palabras con unos chiquillos que jugaban en Orlovic, una aldea serbia cerca de la también ciudad serbia de Gracanica. Al ver llegar a cuatro extranjeros a un lugar donde nunca va nadie, salieron corriendo a curiosear. Cuando descubrieron que éramos españoles empezaron a soltar todas las palabras que sabían en castellano. Y no eran pocas: – Amor, te quiero mucho, imbécil, ¿cómo estás?, ¿cómo “se” llamas?, Esmeralda…

Las aprenden en los culebrones que tienen encandilados por igual a albaneses y a serbios. Un camarero de unos dieciocho años nos repitió una retahíla similar en un bar de Prístina. Después, al saber que Tatiana y yo éramos de Barcelona, nos sonrió. – Bien, bien, Kosovo y Barcelona, iguales. Serbios y Madrid. Estuve a punto de decirle que aquí la cosa era un poquito distinta, pero pensé que no lo entendería. Por supuesto, el tema del fútbol es otro gran recurso. Afortunadamente, controlo bastante y me da para una conversación. Y es curioso que los mismos que te dicen Madrid, malos, caca, son grandes admiradores del equipo de Raúl (ya contaba en otra anotación que uno de los principales campos de Prístina se llama Santiago Bernabéu). “Eso es otra cosa”, contestaban… Pero este año ya se habían apuntado al Barça. “Va bien”, decían hace diez días… Los niños serbios de Orlovic estuvieron conversando a su manera durante veinte minutos, hasta que un coche llegó a aquel rincón del mundo y salieron corriendo tras él. Boris nos tradujo la palabra que chillaban: – Visita, visita… Adem, el taxista albanés que nos acompañó a un par de viajes, me preguntó por qué teníamos tan pocos hijos. Decía que en algunas sociedades somos muy egoístas y que no pensamos más que en consumir. Eso me recordó una queja muy generalizada entre los serbios. Critican que los albaneses tengan tanta descendencia. Decían que tienen una política natalista para aumentar la población y así, al convertirse en mayoría, justificar sus políticas. Tal vez habría que organizar un debate de estos que están de moda en la televisión de Zapatero y que se expresen sobre embarazos. Por algo tendrán que empezar… En Prístina hay muchos niños jugando en los descampados. Delante de la casa donde nos quedábamos se les veía practicando baloncesto, corriendo… Una de las imágenes más bonitas que se me han grabado en la retina es la de un abuelo sentado en la hierba dando de comer a su nieto. El último día presenciamos otras dos grandes escenas. Tatiana y yo bajábamos las maletas del piso cuando vimos a tres niños que tendrían seis años subir una pequeña bicicleta de plástico por las escaleras. Parecían hormigas transportando una migaja de pan. La llevaban sobre aquellos pequeños hombros y daba ganas de ayudarles, pero estaban muy bien organizados. Ya habían llegado al segundo piso y seguían animados. Pese a todo, resoplaban de vez en cuando. Poco antes habíamos visto a dos amiguetes pasear por la avenida Madre Teresa de Prístina. Caminaban con una preciosa expresión de pillos. Se habían echado el brazo por encima del hombro el uno al otro. Ese gesto siempre me conmueve. Cuando veo a dos personas agarradas de ese modo me alegran el día. Se lo dije a Tatiana. “Por favor, hazles una foto”. Al principio tardó en reaccionar, no me entendía, y al final tomó la instantánea cuando ya estaban bastante lejos. Mientras, espontáneamente, el rubio le plantó un besazo en la mejilla al moreno. Ríete de Benetton. Algo después pensé que era un poco triste no tener ninguna duda sobre la etnia a la que pertenecían los dos chiquillos. En Pristina no hay niños serbios en las calles. Los once que viven en los edificios del centro se pasan el día encerrados en casa viendo la tele. No sé si habrá alguno más. En toda la capital kosovar no viven más de cien serbios. Dicho esto, cuelgo la foto en la web. Siento no poder hacer lo mismo con el besazo que se dieron. Si hubiera más peques así los inventores del marketing metrosexual podrían dedicarse a cosas más útiles. Muchas gracias, Tati, por la foto.

2 thoughts on “Dos amiguetes

  1. Tu escrito es una excelente respuesta. Espero que no solo para mi, si no para todos aquellos que quieren conocer el genesis de la esperanza o de la catastrofe de unos pueblos.
    Es bonito lo que cuentas. Es bueno ver que los niños tienen ilusiones y esperanzas, saben cosas de España o hasta del futbol porque sueñan, quieren soñar. Me recuerda un poco al comportamiento de los niños iraquíes cuando aparecian españoles, yo no estuve, no fuí, pero si otros y me lo ha recordado.
    Quizá sea dificil ver que los niños serbios y albaneses jueguen juntos, porque son pocos los primeros y porque sus mayores viven en tensión permanente con sus vecinos. Pero creo que mientras haya juego, ilusión y esperanza entre los niños hay solución.
    Me parece bonito lo que dices de esos dos chavales, muy bonito.
    Bueno, venga
    un fuerte abrazo tia
    Francesc

  2. Solamente los niños saben andar así, abrazados por los hombros, como buenos amiguetes.
    Ahora como adulto no me abrazo así con mis amiguetes para pasear. Será por eso que los adultos nos peleamos tanto.

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