Repsol en Alaska (I parte)

La multinacional española Repsol ha llegado a un acuerdo con varias compañías estadounidenses para buscar yacimientos de petróleo en Alaska. La noticia es motivo de celebración para la empresa y para la mayoría de los medios de comunicación, que desde el pasado 7 de marzo se han limitado a informar sobre ello como si transmitieran una nota de un gabinete de prensa, sin más. No he encontrado textos en los que se contextualice esta información. Echo de menos un párrafo, aunque sea breve, en el que se recuerde la historia de la lucha de las grandes compañías petroleras por conseguir que Alaska deje de ser un espacio protegido y poder explotarlo libremente. ¿Será que es una buena noticia para algunos y ni buscan otras fuentes, aprovechando el temor a las restricciones a causa de la guerra en Libia? ¿Tendrá que ver con el miedo de algunos a que las limitaciones de velocidad a 110 km no sean temporales? ¿O estará relacionado con la crisis de los medios, que han visto cómo caían los ingresos por publicidad? Por suerte, hay empresas que siguen pagando páginas completas.

En cualquier caso, recomiendo ir a la hemeroteca de esos mismos medios de comunicación para ver el cambio de sus puntos de vista. Hace sólo tres años, buena parte de ellos ponía el grito en el cielo cuando George Bush, hijo, decidió abrir la veda en Alaska. Fueron mucho menos críticos con Obama cuando, en marzo del año pasado, remató la faena de sus antecesores, esa saga de empresarios vinculados al petróleo, y renunció a su planteamiento inicial para satisfacer a la demanda de los republicanos de lograr la denominada «autosuficiencia energética». Para entonces Repsol estaba ya en posición de salida. A continuación, reproduzco un párrafo muy ilustrativo de ese tipo de lenguaje, publicado en El Economista en enero de 2010:

Repsol está dispuesta a buscar petróleo en Alaska, pero tendrá que esperar al menos cuatro años para poder hacerlo, por culpa de los problemas burocráticos que está provocando la decisión de la Administración Obama de congelar la exploración de crudo en esa zona.

Más adelante, acusa a EEUU de tener una “enrevesada” Administración. Curioso vocabulario (“tendrá que esperar”, “por culpa de”, etc). Ahora, más que nunca, recomiendo ver “También la lluvia”, de Iciar Bollaín, antes de que desaparezca definitivamente de las carteleras.

One thought on “Repsol en Alaska (I parte)

  1. Piqueras y su telediario para alcornoques
    “Dichoso el árbol que es apenas sensitivo […]”, clamaba Rubén Darío en Lo fatal.
    Ayer, quisiera haber sido un alcornoque más para carecer de sensibilidad al escuchar todos estos versos del informativo de Tele 5:
    “Infierno en llamas,
    cementerio de embarcaciones,
    no hay salida, no hay opciones,
    sólo el caos…
    Estaban a merced de la Naturaleza
    que exhibía todo su potencial.
    La reconstrucción va a ser ciclópea.
    Primeros barcos a la deriva
    … se preparan para su estampida.
    Se preparaban para lo peor.
    La fuerza del agua puede arrasar con vida y con haciendas.
    El pánico se hacía dueño…desesperada huida.
    Un náufrago en mitad del caos. Casas navegando.
    Seres humanos que han sobrevivido a la deriva
    … todo ello en un océano llamado Pacífico”.
    Sí, periodismo poético en estado puro. Sólo dio un dato:
    El terremoto generó una energía equivalente a 10.000 bombas atómicas de Hiroshima.
    Qué bien hilado con Japón… ¡Piqueras!
    “Y el espanto seguro de estar mañana muerto […]” (Lo fatal)
    Darío se quedó corto.

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