Minorías

Intento trabajar, pero después de cenar zapeo y encuentro un debate en la televisión local en el que se habla del timo que sufrimos las treintañeras del siglo XXI. Paso de encenderme y respiro hondo, igual que cuando oigo a Maragall inventar metáforas. Imagino que sólo debemos estar viendo el programa unas cuantas mujeres, es la noche del Chelsea-Barça. Como no soy culé, paso, pero cuando acaba el debate me entero de que van 3-2 y de que es un partidazo, así que me voy con un amigo al bar de la esquina. Aún es el Día de la Mujer Trabajadora, pero no veo ninguna celebrándolo por la calle. Deben estar haciendo la doble jornada y en esa no hay quien se pida horas extras. En fin… En el bar, unas 50-60 personas, no sé contarlas bien. Me pierdo entre tanto humo y tanto grito, alguno que otro mío, aunque discreto. De repente, soy culé transitoria. Aun así, no es grave y logro mantener la capacidad de razonar. A mí, alrededor, pocos. Es divertido salirse de la escena durante un momento y observar el ambiente de pub, los gritos, los gestos, las caras… Mi amigo me dice: “Eres la única mujer”. Miro a mi alrededor y logro encontrar otras tres. Hay minorías que nos superan en el garito. Detrás de mí, tres marroquíes blaugranas y un sudamericano gritan Ronadilnho, sí-sí-ahora-pita-falta, cabrón…

Es el único lugar donde coincidimos inmigrantes y nativos. Aparte de la tienda de emergencia los domingos. Como esto no es una metrópoli no tenemos colmaditos afterhours, pero los días de fiesta los olvidadizos se van al “morito”… Así, en diminutivo. En “El señor Ibrahim y las flores del Corán”, el dueño explicaba a su joven “cliente” judío que él no era árabe, pero su tienda sí, porque “árabe” en París quiere decir que abre 24 horas al días… Las nativas y las recién llegadas coinciden en las entradas del colegio, pero no hablan demasiado. Durante los partidos de fútbol, tampoco, pero al menos eso de desahogarse juntos une mucho. Durante un rato. Oigo a un marroquí decir un “Ostras” muy fuerte y me sonríe. “Bueno, ostras, hostia, es lo mismo». No sé muy bien qué quiere aclarar exactamente, pero me ha gustado que me sonriera como si fuera una hooligan más. Esta mañana he entrado en una librería de Barcelona donde no me ha sonreído nadie. Se autodenomina de «los libros prohibidos». La tienda lo estuvo, por hacer apología del nazismo. Aun así, la han reabierto. La he visto por casualidad y el escaparate me ha dejado helada. El caso es que he entrado y he mirado sus estanterías con detenimiento. He dicho “Hola”, pero los dos dependientes me han ignorado. Estaban doblando folletos, creo que preparaban una especie de circular. En uno de los estantes, la película “El hundimiento”. La vi ayer. Me temo que no la han entendido.

13 thoughts on “Minorías

  1. De repente, al recordar el espanto de los carteles contra los inmigrantes que se veían en la puerta de la dichosa librería de la que hablaba en el post anterior, me ha venido a la memoria que hace algunos años vi un anuncio que me extrañó muchísimo en El País. Se llamaba algo así como «la emigración, sus peligros» (la página sigue existiendo -acabo de comprobarlo-, pero no pienso promocionarla desde aquí). De vez en cuando encuentro algún anuncio igual de estratosférico y me pregunto si nuestros medios no deberían controlar de algún modo quién ofrece «sus servicios» a través de sus páginas. Si sabéis de algún caso en esta línea, estaría bien que los fuésemos recopilando en los comentarios.

  2. Librerías como esa (y sujetos como los que la regentan) hacen que se me ericen los pelos de la nuca.
    Menos mal que sólo hay una, ojalá no existiera ninguna.

  3. Hola Magda,
    «El hundimiento» es una magnífica película, que permite intuir cómo un pueblo se dejó arrastrar por semejante locura. Desde luego, es una película que perturba y remueve.
    Vivo en Munich, «capital» del nacionalsocialismo, pero también ciudad donde se desarrolló «La Rosa blanca», se acaba de estrenar la película «Sophie Scholl, los últimos días» (tal vez la traduzcan de otro modo) donde explican parte de la resistencia alemana al nazismo. Habrá que verla.
    Bea

  4. Gracias por la recomendación, Ekatuk, a ver si tenemos suerte y la traen para acá. ¿Cómo ha sido acogida «La rosa blanca» en Alemania?
    Saludos,
    /Magda

  5. Hola Magda,
    Librerías como éstas o anuncios como el que mencionas nos ponen los pelos de punta, pero a mí lo que más me preocupa es que estos mensajes calen en nosotros y que las madres no se atrevan a hablar en las puertas de los colegios.
    Intentemos ver a los inmigrantes y a todas las personas como seres IGUALES a nosotros (es un ejercicio de humildad que nos iría muy bien). Así veremos que hay muchos lugares donde nos encontramos en común (no sólo en los colmados) y seguro que espontáneamente empezarán conversaciones que quizás sean el principio de una gran amistad.
    Un abrazo y gracias por esta página
    Anna

  6. Pues yo el único sitio donde últimamente coincido con inmigrantes marroquíes es en las puertas de los bares, separándoles de peleas.
    Es una mala manera de empezarse a integrar en un nuevo lugar, ¿no creéis?

  7. Hola David,
    Estoy de acuerdo contigo en que no es agradable ver escenas de este tipo pero te aseguro que yo coincido con otros en el autobús, en conciertos, en la calle, en la universidad y también en los bares y me parece eso, que hay gente de todo, como también se pelean gente «nativa» en los bares de mi barrio.
    Integrarse no es tan fácil como parece, todos tenemos que poner de nuestra parte. Yo tengo amigos marroquíes que se han integrado perfectamente, quizás no son la mayoría pero con una mejor actitud de ambas partes iríamos mucho mejor.
    Saludos,
    Anna

  8. Creo que mejor actitud y paciencia que nosotros, no tiene nadie.
    No me malinterpretéis, pero creo que hay «comunidades» de gente que se saben adaptar mejor que otras.
    Aquí en Vilanova hay mucha gente de color que nunca se ha metido en líos, al igual que asiáticos y paquistanís. Son gente que o se integra o pasa completamente desapercibida.
    En cambio, marroquíes y sudamericanos siempre acaban metidos en el ajo.

  9. La libreria que nombras intentaron cerrarla, pero no se pudo. Entonces el ayuntamiento tuvo una idea excelente, cambio el nombre de la placita que hay al lado por el de Anna Frank. Incluso pusieron unas baldosas gigantes en suelo con el nombre de la niña.
    Pues bien, si pasais por ahi de noche (por cierto, se que la gente utiliza la entrada de la tienda, ya cerrada y en noche de fiesta para «marcar a los nazis» con la cerveza que les sobra en el cuerpo.) vereis que alguien mueve las macetas grandes y pesadas y las pone ENCIMA de las baldosas.
    En fin, que tambien creo que no entendieron «El hundimiento» pero como sale Hitler imagino que la adoran, asi sin mas. No se puede pedir mas al que no da pa mas…¿verdad?

  10. ¿sabeís lo peor? que si Hitler siguiera vivo (como exponente de lo decadente que puede llegar a ser la raza aria) una vez nos hubiese exterminado a los que tenemos sangre judía, a vosotros por vuestra filiación (rojillos, que si, que se os nota… ;:-D) iria a por ellos, ya que son lo suficientemente alejados del concepto de raza aria como para seguir justificando la barbarie.
    Aun así me alegra saber que la gente lo use de urinario (que fin mas poético) y espero que alguien pueda micitar en su puerta de mi parte.
    En cuanto a la integración racial… el 11M demostro hasta que punto dentro del colectivo magrebí se conocía a los integrantes del sector integrista y se toleró (algunos por simpatía, otros por miedo) su convivencia dentro de nuestra sociedad.
    Aun hoy, estoy seguro, se siguen amparando este tipo de tendencias que desembocarán, si no en un 11M, si en algo, quizas no tan grande, pero si evitable y doloroso. Deberían de dar ejemplo y ayudar a estirpar de NUESTRA (la de ellos y la nuestra para mi es la misma) sociedad ese cancer que mas que ayudarles les perjudica.

  11. de casualidad entre a este foro y veo con agradable sorpresa que no esta pletorico de insultos y vulgaridades coomo los otros…yo soy un sudamericano que vive en suecia desde hace 24 años…soy de esos que las dictaduras fascistas echaron en los años 80….ahora ya no soy mas refugiado,seria contradictorio afirmarlo…tampoko se si me he integrado…pero respeto a mis vecinos y creo ellos me respetan…..en mi diario devenir siempre encuentro a personas que me observan con recelo…pero a estas alturas ya no me interesa!!!
    hace un par de meses estuve en madrid y vi a un grupo neofacista demostrar en contra de los extranjeros….-conozco esas demostraciones aca en suecia suelen tener fechas fijas en el calendario-al verlos con mayor detenimiento me puse a pensar lo loko y paradogico de este mundo….pues pense para mi mismo que los skinheads suecos perseguirian a los skinheads españoles por cabecitas negras…….
    un saludo!!!

  12. Hola a todos, mi opinion es a que espera el gobierno de España a cortar tanta emigración ilegal que hay en este nuestro país.
    Soy empresario, y estoy harto de que me ofrezcan personas ilegales y lo peor bajo precio, me ofrecieron paquistaníes a cobrar 1000 euros al mes y 10 horas diarias de lunes a domingo y después descontarles la seguridad social total el sueldo se quedaba en 500 euros. Por supuesto, no lo admito esta explotación de sueldos, teníamos que ser más duros en la emigración ilegal…

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