Los temores de un ingeniero griego: «Este movimiento puede ser un respiro para el sistema»

Nueva entrevista de Alba Ruiz, desde Atenas:

El Parlamento griego Vasilis, un joven ingeniero de Sistemas de 28 años, que prefiere ocultar su apellido, se prepara para emigrar a Estados Unidos. Allí podrá hacer su doctorado y esperar encontrar de las oportunidades que ahora no ve en su país, donde «no se promueve la investigación», lamenta. Alba Ruiz, Atenas ¿Tiene que ver la crisis con tu salida del país? Una de las razones de mi salida es la falta de oportunidades laborales y académicas para alguien que, como yo, tiene una profesión que requiere alta especialización. Por desgracia, aquí no se promueve la investigación y con los recortes en Educación, es poco probable que haya presupuesto para ello. Además, la industria que podría absorber a profesionales especializados se reduce día a día. Hay una anécdota sobre esta situación, la de alguien que, tras cursar estudios superiores en el extranjero, llegó al servicio de homologación de Grecia con un Diploma del M.I.T. (Massachussets Institute of Technology) y la funcionaria le dijo en tono socarrón: «¿Otro diploma de instituto?»

¿Cuál es en tu opinión la causa del problema griego? Estamos en una economía con fronteras abiertas, con movimiento libre de productos y capitales. Esa libertad ha llevado a que el capital se invierta en países donde la mano de obra es más barata. Por ejemplo, muchas industrias con sede en Grecia se han trasladado a países del antiguo bloque comunista. El sector textil griego sumaba hace unos años casi 200.000 trabajadores, con unos 150.000 organizados sindicalmente. Hoy, no queda nada de esa pujante industria. Las pocas empresas a nivel familiar no pueden competir en precios y producción masiva. Y esto es sólo un ejemplo. ¿Cómo ha cambiado la situación? Al adoptar el euro, en 2001, la lógica era atraer capital extranjero para que se hicieran inversiones. El error político fue creer que toda la patología del sistema político griego iba a subsanarse gracias al crecimiento. Contrariamente a lo esperado, ese dinero no se invirtió en turismo, salud o educación, sino que simplemente alimentó al ya enfermo sistema de la Administración Pública. No hubo un mecanismo de control ante semejante flujo de dinero. Tampoco hubo un plan de previsión para los “días difíciles” que toda economía tiene con precisión matemática. ¿Cómo ves el futuro de los jóvenes en Grecia? Creo que los jóvenes griegos tienen 3 opciones: A) salir del país, cosa nada fácil teniendo en cuenta las circunstancias a nivel mundial. Las condiciones hoy son muy diferentes a las que se dieron durante los años 50, época de la gran emigración griega. B) dedicarse al sector turístico. C) volver a la producción agrícola. Sobre esta última posibilidad, estoy convencido de que el paro obligará a los jóvenes a volver al campo. Pero lo harán de una manera innovadora, es decir, usando la tecnología (biocultivos, nuevas fuentes de energía, etc..) ¿Es equiparable la situación en Grecia a lo que sucede en el mundo árabe? Creo que es una comparación desigual. Los griegos no nos enfrentamos de manera generalizada a problemas de subsistencia, al menos aún. Por otro lado, en Grecia hay conquistas políticas importantes que todos damos por sentadas. Lo que está en crisis es el modelo de crecimiento . Las comparaciones como herramientas de análisis no son válidas en mi opinión. ¿Crees que existe el temor a una crisis generalizada? El problema griego no es un problema doméstico solamente. Es un problema a nivel europeo y mundial. Creo que se teme la posibilidad de una bancarrota incontrolada y generalizada. Por eso, los políticos europeos y americanos se han propuesto salvar a Grecia. ¿Qué piensas de los “indignados” y los demás movimientos que están surgiendo? Es esperanzador que salga la gente y que se hayan tomado las plazas. Sin embargo, creo que con el esquema actual no pueden tener resultados políticos. Por el contrario, en mi opinión, el sistema puede aprovechar este movimiento pacífico para tomarse un respiro ante la tensa situación que se viene viviendo desde hace meses. Creo que el movimiento debe adoptar características de organización política pero sin volverse partido. ¿Saldremos pronto de esta crisis? Creo que el camino será largo y doloroso. Pero, como dice la gente, este país tiene inmensas posibilidades. Las cosas no pintan bien pero Grecia no puede retroceder y volver a situaciones ya superadas.