La obligación moral de reconocer el trabajo de los freelance

 

Hace mucho tiempo que no escribo con regularidad en este blog, casi tanto como el que llevo sin trabajar como freelance. Estoy centrada en ‘La Marea’, la revista que editamos desde la cooperativa MásPúblico y en la que ejercemos un tipo de periodismo que nos permite tener la misma libertad que un reportero independiente, sin intereses empresariales ni políticos que condicionen nuestra información. Empezamos sin apenas capital inicial y por eso aún nos falta un buen trecho para ser sostenibles, pero somos una redacción muy comprometida con nuestro trabajo y en los momentos más duros, que los hay, nos apoyamos y seguimos adelante. Hacerlo en solitario es infinitamente más difícil. Tal vez por eso me ha alegrado conocer la lucha por practicar el buen periodismo de dos colaboradores freelance, Jesús Rodríguez y Gregorio Verdugo, los autores de la investigación que ha documentado que el expresidente José María Aznar trabajaba como comisionista de Abengoa para lograr contratos con el dirigente libio Muamar el Gadafi.

Jesús llamó a La Marea hace justo una semana para saber nuestras tarifas. Mantuvimos una conversación breve en la que nos avanzó parte del reportaje y también que, como es lógico, necesitaba hablar con otros medios. Todo fue muy rápido y no nos dejó su contacto, así que nos quedamos con las ganas de saber más sobre aquella historia. El miércoles, al fin, pudimos leerla en eldiario.es.

Ese mismo día, al ver los nombres de los dos periodistas freelance, les busqué para felicitarles. Era fácil intuir que les había costado armar toda esa información sin trabajar en una redacción que les sirviera como apoyo. Y, en efecto, así ha sido. Con gran humildad, una actitud que no abunda en una profesión en la que sobran los egos y las medallitas, Gregorio me dijo que habían tenido suerte al dar con la fuente correcta. Pero más de cinco meses de investigación y de ganarse la confianza de esa fuente no son solo «suerte», por mucho que insista. Su constancia merece ser reconocida, cada vez quedan menos como ellos.

Un amigo que también es periodista de investigación desde hace casi 20 años me contaba hace unas semanas que ya no le compensa el esfuerzo. Los grandes medios han bajado tanto las tarifas que prefiere no publicar en ellos y por eso se dedica a escribir libros, donde al menos tiene libertad completa para expresarse, sin que nadie le retoque titulares ni capitalice su trabajo. Las tarifas por artículo están reventadas y, por desgracia, nadie paga en la actualidad lo que realmente cuesta elaborar la información. Por eso, desde aquí, quiero homenajear a todos los compañeros y compañeras independientes que insisten a diario en ejercer el buen periodismo, aunque la mayoría de las veces las colaboraciones apenas si les sirvan para cubrir la cuota de autónomos.

Más información sobre: * Jesús Rodríguez (@Trisco): http://jesusrodriguez.info/ * Gregorio Verdugo (@Jack_Daniels): http://elblogdejackdaniels.blogspot.com.es/

4 thoughts on “La obligación moral de reconocer el trabajo de los freelance

  1. Soy freelance y me he sentido identificado con este artículo También me ha gustado leerlo porque creía que era un trabajo que se habían currado en eldiario.es. Si uno ve el video de Escolar pidiendo dinero para seguir investigando casos como el del peor presidente de la historia de España y sus negocios con Gaddafi entiende que se lo ha currado él mismo. Así que enhorabuena a los autores.
    Y Magda, a ver si escribes más!

  2. Gracias por destacar el nombre de los dos periodistas que han hecho la información porque yo también pensaba que era un reportaje de Nacho Escolar, pero a partir de ahora intentaré seguirles la pista en sus blogs

  3. Un pelín harto de tanto adulto que ya no está en edad escolar para ir presumiendo. Gracias por hablar de ellos, lastima que se le escapara a La Marea. Ya tengo tres blogs más que seguir ;), gracias por la info.

  4. Algunos periodistas estrella son más consejeros delegados que periodistas. En este caso, poca calle ha pisado Escolar en toda su carrera, aunque sí pisa moquetas de grandes despachos para cerrar publicidad de multinacionales y luego venderse como pobrecito. Encima, capitaliza de forma engañosa el trabajo de otros. Un gran bloguero con pretensiones.

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