Carta desde Atenas: La fuerza de los indignados (i aganaktisméni) griegos

La filóloga colombiana Alba Ruiz, residente en Grecia desde hace más de 20 años, me envía esta carta, en la que describe la sensación de que algo está cambiando en la sociedad de este país en las últimas semanas. El movimiento de los indignados (“i aganaktisméni”) presenta el mismo carácter apartidista que el 15-M español. Para hablar de ello, hace semanas que preparamos una serie de entrevistas que configuren una especie de «Corresponsalía en Grecia», similar a la que mantenemos en Islandia.

Alba Ruiz, filóloga: «Mucha gente dice que estamos en una “ocupación” peor que la de la II Guerra Mundial» Alba.JPG Me llamo Alba Ruiz. Nací en Bogotá y soy filóloga. Enseño lengua y cultura española en Grecia desde hace más de 20 años. Aunque no nací en este país, llevo aquí más de la mitad de mi vida. Llegué a Atenas en el 85, cuando la vida en Grecia transcurría sin mayores sobresaltos. Se notaba que la abundancia y el bienestar eran algo que los griegos percibían como normal. Es decir, tener dos o tres coches, un chalé, un velero o barco, ir de compras a las capitales europeas -Londres, París…- era algo casi obligatorio, algo a lo que aspiraba la mayoría de griegos.

He sido testigo del profundo cambio que se ha realizado en este país en los últimos tiempos en todos los aspectos de la vida social: desde la educación, la salud, el consumo y la vida laboral hasta la diversión y el ocio. Al igual que millones de griegos, vivo en carne propia las medidas de austeridad que el gobierno socialista ha tomado para “salvar al país” de la bancarrota inminente. Pero también estoy viviendo el despertar de un movimiento de protesta que nada tiene que ver con lo que habíamos visto hasta ahora. Protestas que antes siempre estaban marcadas por la etiqueta de algún partido político. Este nuevo movimiento, “i aganaktisméni” (los indignados), que durante días ha agrupado a miles de personas en las plazas de varias ciudades griegas, con la Plaza de Sintagma como símbolo y punto de referencia, es algo diferente. Quizás por eso ha logrado que jóvenes y mayores, trabajadores y jubilados, madres y padres con sus niños, estudiantes, obreros y parados salgan del letargo y empiecen a mostrar su descontento, su rabia, por todo lo que pasa en este país que pareciese estar condenado a ser el reflejo europeo del experimento argentino del FMI. Pero, ¿por qué hemos tardado tanto en reaccionar? ¿Por qué, viendo que todos los derechos laborales y sociales han sido pisoteados, seguimos soportando cada medida con tanto estoicismo? Los medios de comunicación y los partidos políticos se han encargado de hacer creer a la gente de que “todos tenemos la culpa”. Ya lo decía el viceministro de gobierno, Theodoros Pángalos, “Todos juntos nos lo comimos”, refiriéndose al dinero de las inmensa deuda griega. Con esa mentalidad de culpa, ¿cómo puede pedírsele a la gente que salga a protestar? Sin embargo, estamos en el proceso de darnos cuenta de que no tenemos la culpa de los desfalcos y la corrupción de la clase gobernante en este país. De que no hemos tenido opciones para salir de la crisis, de que se ha decidido sacrificar al pueblo para salvar el sistema bancario y los intereses de los acreedores, de que el plan del gobierno es totalmente anticonstitucional y está destinado a fracasar. Ya lo estamos viendo, cada día aumenta la deuda y seguimos pidiendo préstamos con mayores y más drásticas medidas de austeridad. La gente se siente engañada y de ahí su descontento, su rabia, su indignación. De la frase “Dinero hay”, durante la campaña electoral del entonces candidato Giorgos Papandreu, hemos pasado a “No hay ni saliva en las arcas del Estado”. Y todos nos preguntamos ¿pero cómo es posible engañar a un pueblo de esa manera? Creo que lo mas destacado de este movimiento de indignados es su naturaleza apartidista. Al fin, nos hemos dado cuenta de que los partidos políticos no pueden hacer nada para cambiar la situación y tampoco sirven de obstáculo al gobierno para evitar que lleve adelante sus planes. Mucha gente dice que estamos en una “ocupación” peor que la de la II Guerra Mundial. Otros deciden sobre nuestras vidas y nuestro futuro. Es paradójico que en la cuna de la Democracia en estos momentos haya de todo menos democracia.

5 thoughts on “Carta desde Atenas: La fuerza de los indignados (i aganaktisméni) griegos

  1. Felicidades por el fichaje de la nueva corresponsal y ánimo a todos para seguir luchando contras las injusticias.

  2. Hola a todos/as,
    ¿Hay diarios griegos en inglés que podamos leer para saber qué está pasando? No nos llega casi nada y sabemos que las manfestaciones son seguidas por mucha gente
    Salud

  3. Un panorama bastante parecido al que ha ocurrido y sigue ocurriendo en España. Por una parte, ya es hora que los jóvenes se rebelen contra su conformismo o contra su vida cómoda. Pero por otra parte son nuevas formas de hacer política, de ejercer presión contra el poder, de protestar contra algo que parece aparentemente improtestable.
    La indignación de una sociedad es algo reflejado en este grupo y que tendrá las dificultades de todos los movientos: organización, manipulación, evolución, pragmatismo, procedimientos para realizar, etc…
    La cuna de la democracia también tiene tambaleos dentro del propio sistema

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